Balance de la situación
nacional 2012
Todo nuevo año exige un balance
del año que pasó. Por ello, en esta oportunidad realizaremos un recuento de los
principales acontecimientos que marcaron la situación política del año 2012.
Conga,
la lucha contra el capitalismo
El año 2012 se inició con la
denominada “Marcha por el agua y por la vida”, impulsada principalmente por las
organizaciones populares de Cajamarca. La Marcha tuvo como objetivo movilizar a
la población de todo el país para lograr la paralización y suspensión del
proyecto Conga, que implicaba drenar cuatro lagunas para construir en su lugar
depósitos de relaves mineros. La “Marcha por el agua y por la vida” tuvo un
considerable apoyo popular y culminó en Lima con un multitudinario mitin en la Plaza
San Martín.
El problema generado por el
proyecto Conga ha mostrado con mucha claridad un problema mayor: el carácter
neocolonial de nuestra economía. Es sintomático que la población se enfrente a
las empresas transnacionales que están detrás del proyecto Conga. Un escenario
similar se observó en las luchas de Bagua (2009) y Puno (2010): la lucha fue
contra el capitalismo transnacional. De la misma manera, los protagonistas de
estas luchas han sido las comunidades campesinas y nativas, lo cual muestra que
nuestra sociedad aún mantiene un carácter semifeudal.
En resumen, el conflicto de Conga
es una manifestación de la contradicción principal que se da en nuestra
sociedad: el pueblo peruano, especialmente campesino, originario y rural, que
lucha por la mejora de sus condiciones de vida y de trabajo versus la gran burguesía intermediaria
y transnacional que busca mantener y ampliar sus beneficios con el manejo del
Estado neocolonial.
Las
huelgas del SUTEP
En el 2012, el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación en el
Perú (SUTEP) protagonizó tres huelgas.
La primera se inició en junio y
fue impulsada por los SUTE regionales, entre ellos, los de Cusco, Ayacucho,
Tacna, Puno y Pasco. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SUTEP no acató la
medida porque la consideraba ilegítima. El principal reclamo de los SUTE
regionales fue el pago de la deuda social (que viene desde 1991) al magisterio
del 30% del salario por preparación de clases. La huelga fue positiva para la
mayoría de las regiones, pues consiguieron el pago de la deuda mediante un
acuerdo con el Ministerio de Educación.
Por otra parte, a fines de agosto
un sector del magisterio denominado Conare-Sutep convocó a una huelga que fue
acatada por un mínimo de maestros y que duró tan solo unos días.
Entre tanto, desde el citado
Ministerio de Educación se propuso una nueva ley para el magisterio, que
unifique la Ley del Profesorado y la Ley de Carrera Pública Magisterial. Esto
motivó que a inicios de setiembre el CEN del SUTEP convocara a una huelga
indefinida. El objetivo, obviamente, era la no aprobación del proyecto de Ley,
ya que era represiva y atentaba contra principales derechos de los docentes. La
consigna que movilizaba a los maestros era “en contra de la Ley de Reforma
Magisterial y por el respeto y vigencia de la Ley del Profesorado
(24029/25212)”.
Si bien esta nueva medida tuvo más
acogida que la anterior (sobre todo en Lima), no logró su objetivo. Las pugnas
internas entre los grupos políticos y el desánimo de las bases terminaron por
debilitar la huelga. Una vez más, la lucha sindical fue sacrifica por los
intereses arribistas y hegemónicos de conocidos grupos políticos (Patria Roja y
Movadef). La división en el magisterio fue la principal causa del fracaso de
sus luchas. El frente único, que es un principio sindical fundamental, se dejó
de lado a pesar de que las bases exigían unidad.
Todo lo anterior nos muestra que
si en el trabajo sindical -y en general,
en las luchas del pueblo- no se llega a una unidad en la acción y priman los
intereses pequeñoburgueses, las luchas y medidas que se tomen no surtirán el
efecto previsto. Ahora más que nunca hace falta la más amplia unidad del pueblo
y de los sectores progresistas para hacerle frente a la salvaje arremetida de
la burguesía y del Estado neocolonial.
Indulto
y revocatoria, la salvaje arremetida de la burguesía
A mediados del año pasado, los hijos del expresidente
Alberto Fujimori Fujimori formalizaron el pedido de indulto para su padre,
quien cumple una pena de más de 25 años por delitos de corrupción y lesa
humanidad. El pedido se basaba en la supuesta deteriorada salud del
exmandatario, lo cual ponía en riesgo su vida.
No obstante, Alberto Fujimori no cumplía con las condiciones
para que se le otorgue el indulto humanitario: no padecía una enfermedad
terminal. Lo que es peor, los condenados por delitos de lesa humanidad no
tienen derecho a la “gracia presidencial”. Aún así, el pedido fue aceptado
debido a la presión de los hijos (principalmente Keiko y Kenji) con el apoyo de
algunos medios de comunicación que les sirvieron de altavoz. Sin embargo, la
“jugada” no les salió como esperaban, ya que el indulto no salió
inmediatamente. La presión de diversas organizaciones sociales a través de protestas
y movilizaciones hizo que el Ejecutivo demore la solución del pedido. Y cada
vez más el indulto pierde sustento (si alguna vez lo tuvo) y apoyo, muy a pesar
de los sectores reaccionarios de nuestro país.
De manera similar, el año 2012 se cerró con el pedido de
revocatoria de la alcaldesa de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Susana
Villarán. El principal promotor visible de la revocatoria es Marco Tulio
Gutiérrez, quien junto a otros personajes presentó a fines del año pasado las
firmas para iniciar un proceso de Revocatoria a Susana Villarán. El argumento
de los “revocadores” es que Villarán no ha podido gobernar adecuadamente la
ciudad durante los dos primeros años. (Precisamente, un spot de su campaña es
“Susana incapaz”.) A pesar de que los “revocadores” no supieron afrontar las denuncias
por firmas falsas y financiamientos dudosos, el pedido de revocatoria fue
aceptado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE); y la consulta se llevará a
cabo el 17 de marzo.
Como era de esperarse, las posiciones en torno a la
revocatoria comenzaron a mostrarse. La opción Sí a la revocatoria tuvo el
respaldo del Partido Aprista y de otras “personalidades” relacionadas a dicho
partido y a Luis Castañeda Lossio, anterior alcalde de Lima, el mismo que tiene
pendiente un proceso judicial por corrupción. Por otra parte, la opción del No
a la revocatoria comenzó a sumar a partidos como Perú Posible, Partido Popular
Cristiano, entre otros, además de organizaciones sociales, artistas, etc.
Lo común en estos dos hechos es el afán de la burguesía más
sucia de nuestro país (la “derecha bruta y achorada” – DBA, como la bautizó
Carlos Tafur) por recuperar espacios que le fueron arrebatados por la
socialdemocracia. La burguesía no perdona haber sido desplazada; y de manera
lumpen y delincuencial pretende retomar el poder para seguir robando de los bolsillos
del pueblo. Y para ello se basan en campañas seudoclasistas (“Susana pituca”) y
populistas (“Somos del pueblo”), en el caso de la revocatoria, y supuestamente
humanistas en el caso del indulto. Como sectores progresistas, no podemos
permitir que una burguesía lumpen vuelva a gobernar la ciudad o el país. El
avance del pueblo y de los sectores progresistas de nuestro país depende de que
podamos contener la arremetida de la burguesía en estos momentos.
Balance
provisorio
El Perú vive un crecimiento
económico inédito debido a las grandes facilidades que se le da al capital
transnacional y nacional para que haga inversiones en el país. Todos estos
inversionistas, ayudados por los gobiernos, dejan muy poco para el beneficio de
los trabajadores y del pueblo peruano. Por eso, éste lucha permanentemente para
que haya una mejor redistribución de la riqueza, y para que el crecimiento se
transforme en desarrollo de toda la sociedad. Porque bien miradas las cosas, el
crecimiento es favorable casi exclusivamente para los grandes capitales y sus
funcionarios y empleados. La mayoría de la población no ha mejorado
sustancialmente sus niveles de vida, por eso se dan los permanentes conflictos
sociales.
Como se verá a continuación, es en
la defensa de los recursos naturales, del agua y de las fuentes de vida, donde
se concentra la actuación combativa de las comunidades. La lucha es contra las
explotaciones mineras que realizan o pretenden iniciar las transnacionales
asociadas a capitales nativos. Es una nueva modalidad de la lucha por la tierra
que realizan las comunidades originarias y campesinas, diferente de la que se
realizaba antes, cuando el enemigo era el terrateniente feudal o semifeudal.
Ahora el enemigo es el gran capital que de la mano con el Estado se posesiona
en territorios comunales cuyos subsuelos tienen alta concentración de
minerales.
El último importante conflicto de
esta naturaleza se está desarrollando en el distrito de Cañaris, provincia de
Ferreñafe, región Lambayeque, norte del Perú. Es en torno a la explotación Cañariaco
que pretende iniciar la compañía Candente Cooper. Sin embargo, hay una larga
fila de conflictos latentes o activos, como veremos a continuación.
FALLIDA
INTERVENCIÓN AL COLEGIO JOSÉ MARÍA ARGUEDAS DE CARABAYLLO
El 22 de octubre
de 2012, el colegio José María Arguedas fue intervenido por agentes de
seguridad y por la policía bajo mandato de la UGEL 04. Según la autoridad, había pasado un tiempo
prudencial y la institución no había acatado las disposiciones superiores
acerca del cambio de director. Sirviéndose de estas “razones”, la UGEL 04
intentó instalar una Comisión Reorganizadora que le permitiera remover a los
principales dirigentes del sindicato de profesores, como represalia por haber
sido la base más fuerte y combativa del Cono Norte en la pasada huelga docente
contra la abusiva Ley de Reforma Magisterial impulsada por el gobierno de
Ollanta Humala. Y prueba de los oscuros propósitos de la UGEL fue que la
intervención se hizo de madrugada, sin
ninguna autoridad presente, y recurriendo a agentes de seguridad privados,
quienes ingresaron a la institución trepando por el techo, cual delincuentes.
Ante tal abuso
de autoridad, la reacción de profesores, padres de familia y alumnos no se hizo
esperar. Después de pugnas en la puerta, los docentes lograron ingresar a su
centro de labores y se instaló una comisión de diálogo, donde se incluyó a
representantes del alumnado. El resultado: la UGEL hubo de reconocer lo ilegal
de su intervención y tuvo que desistir de imponer su Comisión Reorganizadora.
Como corresponde, el nuevo director se elegiría por promoción interna.
Pero lo que la
UGEL nunca esperó fue el rechazo tajante de los padres de familia y alumnos a
que se llamase “terroristas” y “corruptos” a sus profesores y directivos. Por
el contrario, se reconoció su esforzada labor pedagógica, y se denunció que la
intervención de la UGEL obedecía a intereses políticos que en nada
beneficiarían a la institución educativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario